No soy el primero, y no seré el último, en este mundo de la carrera, me he convertido en un aficionado más, después de años de dedicarme a otro deporte y ver en el correr como una herramienta mas de mi preparación, jamás medí ni sentí un solo kilómetro, es más, me daba pereza pensar en ello, así que sólo corría lo necesario.
Sin embargo años después reaparece en mi vida esta ahora fascinante disciplina que me ha llevado a experimentar diversas sensaciones físicas, emocionales y espirituales, lo orilló a darme cuenta de que nunca corro sólo; aún cuando las sesiones puedan ser muy cortas, siempre hay algo que ronda en mi mente, la cual también aprovecha para entrenar y ponerse a idear cosas diferentes. La vida, Dios, mi familia, mi país y profesión ahora corren a mi lado y me empujan a seguir adelante en el sencillo reto de completar la distancia y en el difícil, sinuoso y majestuoso reto de vivir.
La gente que está en esta disciplina sabe muy bien de que hablo, estoy seguro que no soy el primero que lo expresa y seguramente habrá quien lo haga con más elocuencia, mejor sintaxis y sentido literario inclusive; “nadie te recordará por tus ideas no expresadas” dice una premisa, y es por eso que tomé unos minutos de más al quehacer diario.
Invito a los que aún no han experimentado estas sensaciones a que se dejen seducir por una mañana fresca y húmeda, en silencio y con el sonido de tu propia respiración y tus pasos a descubrir al competidor que todos llevamos dentro, completando paso por paso hasta que sin darnos cuenta estás planeando tu primer medio maratón o maratón, por último al compartir tus experiencias con otros compañeros, encontrarás las más maravillosas y variadas historias de los motivos por el cual una bola de locos madruga y corre, a veces, sin un rumbo definido y solamente por el placer de hacerlo.
Ook Bo'oy
